jueves, septiembre 23, 2010

La Muerte de un Guerrillero


Antes de comenzar quiero dejar claro que no me considero experto sobre el conflicto colombiano, me admito ignorante de los pormenores de esta noticia y no pretendo aquí discutir sobre las circunstancias históricas que llevaron al asesinato de un guerrillero.

Quiero más bien referirme al hecho general de la muerte de un enemigo, en las condiciones que se dio la muerte de Suarez Briceño, cuyos detalles también desconozco.

La información la he sacado de una única fuente, pero de nuevo, el centro de mi argumentación tiene poco que ver con el suceso y más con las opiniones generadas:

http://www.eluniversal.com/2010/09/23/int_ava_muerte-de-jefe-de-la_23A4508853.shtml


Entre
la gran mayoría de nosotros existe una tradición altamente militarista. Latinoamérica es un continente infestado por una vinculación demasiado cercana entre patriotismo y mano dura. Pero el resto del mundo también tiene a El Guerrero como máximo arquetipo de masculinidad. Esto me recuerda, por cierto, cierta frase que causó mucho revuelo y no era más que la exaltación de un machismo latente. Si bien éste ha sido silenciado por la influencia de los medios de lugares ligeramente menos sexistas, la celebración (y exagerada importancia, incluso en su condena) pone en evidencia que nuestras sociedades han avanzado poco en temas de igualdad. "Sea varón".

Para muchos, ser varón está más relacionado con los rifles que con una simple diferenciación sexual. Solo el hombre es libre, digno y fuerte. Retar la masculinidad de cualquiera es retar su integridad, es burlarse de su persona, es considerarlo una simple mujerzucha.

Ser varón implica también resolver las cosas a la manera de los cowboys: un cigarro a medio fumar en los labios y una puntería portentosa.
Muerte de jefe de las FARC podría acelerar diálogo paz Colombia
Mono Jojoy falleció luchando contra soldados después de un bombardeo a su campamento en una zona selvática del municipio La Macarena - El Universal
No me queda duda alguna de que Mono Jojoy era un criminal. En un conflicto armado existen pocos inocentes y algunos son culpables de atrocidades tan grandes que urge llevarlos ante la justicia para defender la vida de los otros ciudadanos. Pero no olvidemos que Jojoy también era un ciudadano o al menos tenía derecho a una ciudadanía (si es que alguien aún cree en los derechos humanos).

Como ciudadano, merecía un juicio y veredicto justo. Como guerrillero, sabía las consecuencias de sus acciones y sabía que muy probablemente estaba renunciando a sus derechos humanos. Pero bien podría tener una opinión distinta, como por ejemplo, no debería ser juzgado por ser un héroe popular. No se trata de la opinión de la gente. Se trata de la fortaleza de las instituciones que están por encima de las creencias -en su mayoría falsas- de la gente.

Ahora bien, yo no soy más que un simple estudiante de periodismo. Pero incluso con mi escasa instrucción, soy capaz de darme cuenta cuando están "editorializando" una noticia:
La muerte del comandante militar de la guerrilla colombiana de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) fue un golpe al corazón del grupo rebelde que podría acelerar su debilitamiento y forzar a sus jefes a negociar la paz con el Gobierno.

En ningún lugar del artículo encontré las razones por las cuales la muerte de un individuo, por fuerte e importante que sea, va a lograr que el resto decida dejar las armas. Pero ejercitando tan solo un poco la imaginación puedo encontrar múltiples motivos por los cuales esto no es un avance hacia la paz, más que un tributo pagado a la Opinión Pública colombiana que clama por la sangre de aquellos que le hicieron daño.

Imagina por un momento que decides unirte a la guerrilla. Los motivos invéntalos tú, pero tomate en serio este ejercicio. Imagina que llevas años en campamentos. Imagina que, si no tienes ideal alguno, al menos tienes la costumbre. Tu vida tiene altos y bajos. Ser guerrillero es malo y bueno. Has visto combate y lo has sobrevivido. Sabes lo que se siente matar a otro ser humano. Estás consciente de los peligros y quizás a veces piensas en desertar. El líder de tu organización fue asesinado. Puede que le tuvieras cierto resentimiento o lo respetaras profundamente o simplemente lo desconocieras. En todo caso, murieron él y otros cuantos de tus camaradas.
Tu organización ha sobrevivido a varios líderes. Tú mismo sobreviviste la muerte de otra de las "cabezas", muerto en Ecuador.
Teniendo todo esto en cuenta, tu, que eres un ser humano complejo y completo, lleno de pasiones y razones, dejarías las armas por miedo? Estarías convencido de que lo mejor para ti y para los demás es rendirte ya que existen dificultades? Cada quién sabrá su respuesta.

Las organizaciones militares, especialmente las organizaciones militares subterráneas están conscientes de que eliminar a las cabezas es muy fácil. No tomó más de unas horas y la creación del plan militar me imaginó no duró más de unas semanas o meses.
Si la táctica militar fuera tan simple como guillotinar a unos cuantos héroes, las guerras no durarían las décadas que tiene el conflicto colombiano. La organización está preparada para eso, es parte fundamental de su supervivencia.
 
Matar personas, ciertamente, puede generar golpes en la moral tan fuertes que hagan al enemigo ceder. Pero la mayor parte de las veces lo único que genera son cambios y reacomodos. En el peor de los casos genera profundo resentimiento.

Pero el enemigo colombiano definitivamente no es las FARC. Ni los paramilitares. Ni los militares. Ni los venezolanos. El enemigo colombiano es común a todos los humanos: un instinto de autodestrucción, una creencia ferviente de que la mejor forma para arreglar un problema es hacerlo desaparecer.

Si bien es tan arbitrario como afirmar que la paz está cerca, creo firmemente en aquella frase: "Un ojo por un ojo nos dejará a todos ciegos". Y creo que la realidad se inclina hacia esta verdad, más que "un ojo por un ojo nos traerá la paz".

La sangre de las personas que murieron en la operación militar calmará por algún tiempo el deseo de venganza de algunos. Pero esta es una estrategia sumamente peligrosa: porque la sangre que calma algunos aviva las pasiones de los otros.

Los seres humanos no somos unidimensionales. Buenas novelas y producciones culturales han tratado de vender esta idea, sin mucho éxito. Los seres humanos somos complejos, pertenecemos a grupos, estamos moldeados por un ambiente que moldeamos a su vez. El guerrillero que mataron probablemente era un criminal. Pero también era un ser humano digno.
"Disminuida esa fortaleza militar, el diálogo tiene que estar cerca", dijo el ex ministro de Defensa y hoy gobernador del departamento del Cauca, Guillermo González.

La fortaleza militar de una organización no reside en los hombres. Los casos históricos donde un solo hombre comanda y mantiene unidos al resto son más bien excepcionales. Hay ciertas ideas que la Segunda Guerra Mundial parece haber grabado en nuestra cultura: Si Hitler muere, Alemania cae.

Pero Hussein murió y la insurgencia es hoy más fuerte que nunca.

Hussein y Hitler son personajes relevantes porque la estrategia que llevó a cabo esta operación tiene un origen claro. Los asesores militares colombianos, no es un secreto, son los americanos. Y es un hecho histórico que los norteamericanos se han equivocado numerosas veces por considerar que vivimos en un mundo con Lado de la Luz y Lado Oscuro. Ya perdí la cuenta de los "cabeza de Al-qaeda" que han sido asesinados, pero la lista es larga.
Para el ex mandatario Pastrana, el mensaje que el Gobierno ha dado al comandante en jefe de las FARC, Alfonso Cano, es que puede correr la misma suerte que el Mono Jojoy y que los rebeldes deben entender que el único camino es el de la paz.

Es curioso como algunos políticos hablan de la paz. La paz a punta de pistola es un concepto interesante, algo así como un caballo que vuela o una victoria militar fundamentada en el terorrismo.
De hecho, en las últimas semanas las FARC lanzaron ataques en los que murieron más de 30 soldados y policías, llevando a las Fuerzas Armadas a redoblar su ofensiva.


Miles de combatientes han abandonado las filas de las FARC desde que Uribe comenzó con las operaciones militares, lo que redujo las fuerzas rebeldes a 8.000 hombres desde los 17.000 que tenía, según cálculos de fuentes de seguridad.

Una disminución tan grande de la fuerza militar no significa realmente que la paz esté cerca. De esos 8000, con que la mitad esté dispuesta a continuar, seguirá existiendo guerrilla en Colombia. Recordemos que esto no es una guerra convencional y no es un ejército regular. Pocas veces hay enfrentamientos directos de tropas. El número no es lo que los hace peligrosos. Tomó tan solo un puñado de personas tumbar las Torres Gemelas y enrumbar al mundo hacia nuevos conflictos donde millones han sufrido.

Por otro lado, pongo en duda que la razón por las cuales se han rendido haya sido la estrategia militar de Uribe. Creo que hay un non-sequitur. Otras cosas han pasado desde que Uribe comenzó con sus operaciones y correlación no implica causación.

El único camino real para la paz siempre será el entendimiento, diálogo y la racionalidad. El tamaño de los genitales pocas veces está relacionado con la victoria, contrario a la opinión popular.

La cuestión es que si realmente la paz fuera el objetivo y no tan solo un agregado a la noticia, una forma de dramatizar un hecho poco dramático, se encontrarían las alternativas. Ciertamente la paz no es un proceso unilateral, pero quien pretenda persuadir a su contraparte de que deje las armas mostrando los dientes, tiene pocas probabilidades de triunfo. 

Porque a pesar suyo, la paz no se trata de quién sea más varón. Se trata que un derecho universal debe ser universal por definición. Si no, poco vale que esté escrito en letras doradas.

Casi todos los conflictos armados son evitables. "Ataque Preventivo" es un masaje a la realidad, no existe tal cosa.

Y la vida no es una película de vaqueros.