"ERROR. NO PUEDE ESTABLECERSE CONEXIÓN CON NEXUS-SOL.
Intentando de nuevo en 2 horas 59 minutos 47 segundos".
"Esto terminará matándome" pensó Pollux mientras se dirigía a la cocina para servirse un vaso de café. "No tuvieron la decencia de dejarme al menos un arma".
Desde hace 1 año y 3 meses y 12 días, Pollux quedó 'encargado' de las investigaciones en la estación Polar de Génesis-Terra, abandonado por sus compañeros. Como solía suceder numerosas veces en su vida, pensó Pollux, lo dejaron mientras dormía, con una triste nota a mano que decía:
"NOS VEREMOS PRONTO. YA VENIMOS, EN SERIO. NO NOS TARDAMOS.
PD: te dejamos provisiones suficientes para varios años. No tendrás que preocuparte por eso."
Y sin más, escaparon. Se despertó por los ruidos del motor de la nave, sin manera posible de irse con ellos. La alarma vino semanas después del despegue, cuando se dio cuenta que no había ocurrido nada fuera de lo normal como para generar tanta alarma en sus compañeros y había pasado demasiado tiempo para tratarse de un viaje orbital rutinario. Mitad broma, mitad en serio pensó que quizás estaba comenzando a apestar demasiado y estaba comenzando a molestarlos por eso. Pero durante un par de semanas más guardó esperanzas en que 'PRONTO' significaba antes de que perdiera su cabeza.
La estación de investigación Polar de Génesis-Terra no era lo suficientemente grande como para mantener su mente ocupada. Pese a que efectivamente habían dejado todas las provisiones necesarias para su sustento de vida durante años, no podía salir por más de 4 horas consecutivas a la superficie del planeta. Los habitantes de Génesis-Terra habían abandonado o sido exterminados (los historiadores no estaban de acuerdo) hace siglos. Algunas películas afirmaban que fue un enorme éxodo, causado por el 'infinito deseo humano de exploración', mientras que otras afirmaban que se había tratado de un exterminio de proporciones inmensas, con unos pocos sobrevivientes siendo los valientes colonizadores del Universo. Pero nadie se ponía de acuerdo, ya que poco se conocía de Sol. O quizás a nadie le importaba demasiado saber.
La estación se encontraba cerca del océano, en el Polo Sur de Génesis-Terra, rodeado por arenas ardientes y una que otra vegetación desértica. Se decía que los habitantes de Génesis-Terra habían construido una gran ciudad-templo en el último lugar habitable, luego de numerosas catástrofes naturales, en el Polo Sur. Pero de la última ciudad no había noticias, y el lugar parecía ser solo un desierto enorme, sin demasiados lugares de recreación.
Y para eso había llegado Pollux y su compañía. Pollux era miembro de una empresa de Bienes Raíces encargada de investigar futuros terrenos para la construcción de ciudades recreacionales, y este era el tipo de lugar que solía ser utilizado. Planetas deshabitados, con bastante sol y playas por doquiera. El hecho de que el planeta tuviera suficiente radiactividad como para freír instantáneamente a cualquier ser más complejo que una mata no era problema alguno, ya que solo era requerido el exterior como 'paisaje'. Y era mucho más barato construir en lugares deshabitados o inhabitables, ya que el terreno, la parte más cara de la construcción, era casi regalada.
Con los meses, Pollux sacó todas las respuestas posibles a la computadora madre de la estación, probando así la falsedad de su inteligencia artificial. Su respuesta a la pregunta "Como estás hoy?" se comenzaba a repetir de manera aleatoria 531 veces después de hacerla por primera vez. Antes de la partida de sus compañeros, la estación, gracias a las antenas de la nave, tenía conexión a Nexus-Sol, la sucursal de Nexus en el sistema. Hasta 15 horas después de su partida siguió teniendo conexión gracias a que sus compañeros se encontraban en el rango de enlace. Pero después de eso, más nunca lo tuvo.
Todas las mañanas, al despertarse, chequeaba la conexión con Nexus-Sol con esperanzas de encontrar alguna nave, o la de sus compañeros, que se encontraran cerca de Génesis-Terra. Lo ultimo que hizo al conectarse a Nexus-Sol fue revisar si ya había recibido su pago mensual, cosa que no había sucedido.
Sin Nexus-Sol, sin inteligencia artificial y sin una pistola, el destino de Pollux parecía ser bastante triste. Durante sus momentos de ocio solía agarrar libros que dejaron regados sus compañeros y leerlos. No descubrió nada fuera de lo normal, y algunos de ellos eran realmente aburridos. Otro de sus pasatiempos era mirar por la ventana y contar los minutos que pasaban entre cada cambio de color del mar. Durante unas semanas pensó escribir un diario, con fines de liberar un poco la necesidad de comunicación y a su vez tener algo que enseñar en las cortes cuando demandara a esos bastardos. Pero no duró mucho, ya que comenzó a darse cuenta que no había demasiado que contar. Fue entonces cuando se dedicó a pensar.
Acostado en una cama, con un vaso de café en una mano y un cigarro en la otra, trató de desarrollar avances en alguna ciencia. Este nuevo pasatiempo terminó siendo mejor, ya que era más fácil que escribir y le permitía escapar un poco del lugar donde se encontraba. Trató durante meses como realizar mejores en los relojes, de manera que pudieran dar respuestas más efectivas a la hora, cosa fundamental para el hombre moderno. Imaginó la creación de un reloj interno, pero más tarde recordó que lo había leído en un folleto de ventas hace algunos años. Trató sin embargo, de imaginar como funcionaba. En su mente, reunió todas las formulas matemáticas, propiedades naturales y conocimientos funcionales que conocía y trató de utilizarlas para algo. Algunas veces cerraba los ojos mientras pensaba la invención de un nuevo color, mientras que otras veces mantenía los ojos abiertos viendo el humo.
Y los años pasaron, hasta que finalmente decidió que los avances científicos requerían de grandes laboratorios, así que pasó a algo más simple.
Se dedicó entonces a generar avances en la filosofía. Ya que su conocimiento de filosofía era escaso, trató de imaginar las convenciones que se habían llegado sobre el significado de la existencia. Imaginó primero que todas las cosas fueron creadas con un propósito, pero finalmente se dio de lo absurdo de la idea y decidió que Dios estaba muerto. Pensándolo mejor, decidió que era imposible saber si existía un Dios.
Y así pasaron los años, pensando.
Un día encontró la respuesta, admitiendo la existencia de un Dios y se dedicó entonces a la religión. Había recibido clases de religión en la escuela, pero jamás le había prestado atención. Sabía que tenía que ver con los límites del universo, las ondas de radio y gente amable, así que trató de definir algo con lo que tenía. Dios, decidió, era una entidad hecha de colores. Viajaba a través del éter, pero a la vez no viajaba. Inventó un par de nuevas paradojas, sin poder recordarlas después.
Y pasaron los años.
Su ritual de pensar dio frutos, generando conclusiones. Consciente de que jamás volvería a su lugar de nacimiento, pero satisfecho por su larga vida de pensamientos, sabía que pronto moriría. Su cara era alumbrada por una sonrisa de agrado hacia toda la existencia, y gratitud hacia aquellos antiguos amigos que lo habían abandonado, extendida con profundas arrugas. Gracias a ellos, había encontrado muchas cosas, lejos de las bienes raíces, lejos de las relaciones interpersonales, lejos de la humanidad. En Génesis-Terra había encontrado su vocación, y era la de pensar. Solo eso, pensar.
Se había vuelto realmente bueno, y todos los días llegaba a conclusiones irrefutables. Ya no se dedicaba a solo un tema, si no que mezclaba todos y creaba nuevos. Dentro de si, resolvió enigmas irresolubles, desarrollo las ciencias, las artes y las filosofías.
"CONEXIÓN ESTABLECIDA. Bienvenido a Nexus-Terra"
No tuvo sorpresa al saber que habían regresado. Bien sabía que la compañía de Bienes Raíces, sus familiares y otra cantidad de personas vendrían eventualmente a recogerlo. Pero su vida había terminado y realmente no cabía lugar para ellos. Los recibiría, pero luego les pediría amablemente que abandonaran su hogar.
Y así intentó. Un ejercito de personas entraron a la vivienda de Pollux, descuidada y desagradable al olfato, con millones de preguntas. No lograba entender lo que trataban de preguntarles y mantuvo silencio. Dentro de si, la duda comenzó a formarse. Un hombre en traje de negocios, de sonrisa perfecta y mirada inteligente le dio la mano y se presentó.
"Pollux! Es usted un héroe! No hay nadie en la historia que haya hecho tanto bien a la humanidad como usted! Lo recibimos ahora porque sabemos que morirá pronto, y queremos que sepa por qué lo han abandonado!"
Pollux mantuvo una mirada de confusión y preguntó "No hay necesidad de explicaciones. Mi vida ha sido plena".
"Señor, usted ha sido parte del experimento más exitoso en la historia de la humanidad. Sus pensamientos, sus maravillosos e ilustres pensamientos han llenado enormes hoyos en nuestra concepción del mundo. Hemos estado monitoreando sus pensamientos, los hemos utilizado, los hemos puesto en practica!, la humanidad jamás ha sido tan dichosa como en este momento, gracias a todo lo que usted ha desarrollado! Muchas gracias por todo!"
En coro todos gritaron "Gracias!" "Gracias Pollux!" "Que hubiéramos hecho sin usted?".
Y en ese instante, el corazón del viejo Pollux dejó de latir.
Debió haber sido algo que tenía el café.